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Juanjo Piñol y el vino en Terra Alta

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Juanjo Galcerá Piñol es propietario y enólogo de Celler Piñol (también sommelier si se ofrece, como demostró en las catas que se llevaron a cabo en México), una bodega de la Denominación de Origen Terra Alta. Su labor tiene también algo de apostolado, pues predica las cualidades de una región que es, entre nosotros, de las más ignoradas de España.

El deconocimiento tiene que ver con que es relativamente reciente y con su tamaño: 6 000 hectáreas de viñedo y alrededor de 50 bodegas. Ocupa una pequeña extensión al sureste de Tarragona, aquella provincia romana de Tarraco cuyos vinos, en épocas del imperio, competían con los afamados caldos de Campania. Se recuesta en el límite con Aragón y es vecina de otras regiones productoras de vinos como la célebre Priorato, Montsant, Conca de Barberà y la misma Tarragona.

Sin embargo Terra Alta es peculiar, comenzando por la altura que proclama desde su nombre. Se empina hasta los 3 000 metros, aunque los valles vinícolas están entre los 400 y 500. A diferencia de Priorato, los cultivos tapizan planicies y suaves colinas. La altura determina una gran amplitud térmica en primavera y verano, mientras que en invierno es usual que la temperatura descienda bajo cero.

La geografía de Terra Alta esconde un gran potencial que apenas comienza a empalmar con la enología más moderna. Los vinos de Celler Piñol están entre los más representativos del carácter elegante y ensimismado que germina en esos viñedos. A continuación la entrevista.

RG: ¿Cómo y cuándo se inició la familia Piñol en el negocio del vino?

JP: La bodega familiar existe desde 1945, pero empezó como bodega embotelladora en 1994. Anteriormente sólo se hacía vino a granel. Conmigo es ya la cuarta generación. Se inició gracias a mi bisabuelo materno José Arrufi que quien cultivó las primeras viñas y elaboró los primeros vinos de sus fincas de forma artesanal. El primer vino fue un homenaje a él como fundador bautizado L’Avi Arrufi (abuelo Arrufi).

RG: ¿Qué características tiene Terra Alta en lo que respecta al cultivo de la vid?

JP: El clima es principalmente mediterráneo, pero con toques continentales al estar un poco en el interior y rodeados por montañas. Veranos cálidos y secos pero inviernos fríos. Y con un buen contraste térmico entre el día y la noche que ayudan a una buena maduración de las uvas tintas y a conservar un buen frescor en los blancos. Suelos calizos, muy calcáreos, con poca materia orgánica y muy pobres, ideales para el cultivo de la vid.

RG: ¿Cómo describirías el estilo de tus vinos? ¿Qué buscas como tipo de expresión?

JP: Buscamos la expresión máxima de nuestras variedades más autóctonas como la Garnatxa blanca, Garnatxa tinta, Cariñena, Morenillo, y la del terroir. Nuestro objetivo es hacer vinos con alma y pasión, que resulten muy elegantes y agradables en boca. El vino ha de ser una caricia en la boca que nos invite a beber toda la botella.

RG: ¿En los blancos prefieres un estilo evolucionado o fresco, de vino joven?

JP: En la bodega tenemos los dos estilos de blancos, aunque a mi personalmente me apasionan los blancos fermentados en barrica con buena mineralidad y complejidad, como L’ Avi Arrufi, un blanco 100 por ciento de garnatxa blanca, de mucha elegancia y con notas de piñol (sinónimo de “piñón” en algunas regiones de España).

RG: ¿Qué producción alcanza la bodega?

JG: Unas 450.000 botellas este 2017. La nuestra es una bodega familiar de las grandes para nuestra DO Terra Alta, aunque pequeña si comparamos su producción a las grandes bodegas de Rioja o Ribera del Duero.

RG: ¿Ves a Terra Alta más propicia para tintos o para blancos?

JP: Creo que ambos se dan bien en un clima privilegiado como el de Terra Alta, pero también creo que es donde la Garnatxa blanca se expresa mejor.

RG: ¿Por qué es Terra Alta menos conocida en el mundo que otras DO de España?

JP: Es una DO más pequeña y más reciente (fue reconocida por primera vez en 1972). Ningún grupo bodeguero grande había apostado por la zona; en ella predominan bodegas pequeñas que hasta estos últimos años no se habían lanzado a la exportación. Pero hoy en día es una de las zonas de mayor crecimiento en Cataluña. Un diamante por descubrir.

RG: ¿Cuál es tu principal mercado de exportación?

JP: Estados Unidos es nuestro mercado más importante, seguido de Japón y Suiza. El 80% de nuestra producción se exporta a 25 países.

RG: ¿Desde cuándo están tus vinos en México?

JP: Desde 2013.

RG: ¿Cómo ves el mercado mexicano?

JP: Creo que hay un gran potencial y la gente está cada vez más abierta a descubrir vinos y zonas nuevas como Terra Alta. Los jóvenes beben cada día más vino, por lo que hay posibilidades de un muy buen crecimiento.

VINOS DE CELLER PIÑOL EN MÉXICO (LA EUROPEA):

Raig de Raïm Blanco 2014. Garnacha Blanca 80% y el resto Cariñena.

L’Avi Arrufi blanco 2012. 100% Garnacha blanca y 8 meses en barrica.

L’Avi Arrufi tinto 2012. Cariñena 60%, Garnacha 25%, el resto Syrah y Merlot. 16 meses en barricas nuevas de roble francés y americano.

Mather Teresina 2009. 60 % Garnacha, 20 % Cariñena y 20 % Morenillo. 20 meses en barrica nueva, mayormente francesa.

Josefina Piñol Dulce Negro 2011. Garnacha 100%, 12 meses en barrica.

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